El presidente de EE.UU., Barack Obama, recibió un "menú de opciones militares" para una eventual acción de Estados Unidos en el conflicto de Siria donde, supuestamente, el régimen de Bashar al Assad ha empleado armas químicas. El presidente convocó una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional para discutir los informes de uso de armas químicas por parte del gobierno sirio el miércoles 21 de agosto cerca de Damasco", indicó la Casa Blanca. La Presidencia informó, asimismo, que Obama habló sobre el asunto con el primer ministro británico David Cameron.
"En coordinación con sus socios internacionales y teniendo en cuenta las decenas de relatos de testigos contemporáneos y los síntomas de las personas muertas, los servicios de inteligencia de EE.UU. siguen reuniendo hechos para evaluar lo ocurrido", añadió.
En la reunión Obama "recibió una revisión detallada de una gama de opciones potenciales que él había pedido que se preparara para que Estados Unidos y la comunidad respondan al uso de armas químicas", indicó la presidencia.
Otro comunicado detalló que Obama y Camerón "continuarán sus consultas en torno a este incidente. Estados Unidos y el Reino Unido se mantienen lado a lado en su oposición al uso de armas químicas".
El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey, uno de los participantes en la reunión de la Casa Blanca, tenía programada una conferencia mismo con los jefes militares regionales estadounidenses en el Oriente Medio para analizar "el contexto dinámico de seguridad en la región", según un funcionario del Pentágono.
Al tiempo que Obama discutía esas opciones con sus asesores de seguridad militar, un funcionario del Pentágono confirmó que se encuentran ya en el este del Mar Mediterráneo cuatro destructores -Mahan, Gravely, Barry y Ramage- equipados con misiles balísticos.
Tradicionalmente, la Marina de Guerra de EE.UU. mantiene tres de este tipo de buques en el área oriental del Mediterráneo. El tipo de armamento de estas naves, incluidos los misiles Tomahawk, se usó en 2011 durante una acción internacional que precipitó la caída del régimen de Muamar Gadafi en Libia. Durante la semana pasada Dempsey dijo que no creía que este tipo de acciones contribuiría a la meta estadounidense de ayudar en el establecimiento de un gobierno democrático y estable en Libia.
Dempsey expresó dudas sobre la capacidad de las facciones opositoras libias, respaldadas por EE.UU., para prevalecer sobre los grupos islámicos que también combaten contra al Assad pero se oponen a los objetivos de Washington. Obama ha expresado cautela acerca de una intervención militar estadounidense sin el respaldo de Naciones Unidas, como respuesta al supuesto uso, el miércoles pasado, de gases tóxicos por parte del régimen del presidente sirio Bashar al Assad contra los rebeldes que combaten su gobierno.
"En coordinación con sus socios internacionales y teniendo en cuenta las decenas de relatos de testigos contemporáneos y los síntomas de las personas muertas, los servicios de inteligencia de EE.UU. siguen reuniendo hechos para evaluar lo ocurrido", añadió.
En la reunión Obama "recibió una revisión detallada de una gama de opciones potenciales que él había pedido que se preparara para que Estados Unidos y la comunidad respondan al uso de armas químicas", indicó la presidencia.
Otro comunicado detalló que Obama y Camerón "continuarán sus consultas en torno a este incidente. Estados Unidos y el Reino Unido se mantienen lado a lado en su oposición al uso de armas químicas".
El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey, uno de los participantes en la reunión de la Casa Blanca, tenía programada una conferencia mismo con los jefes militares regionales estadounidenses en el Oriente Medio para analizar "el contexto dinámico de seguridad en la región", según un funcionario del Pentágono.
Al tiempo que Obama discutía esas opciones con sus asesores de seguridad militar, un funcionario del Pentágono confirmó que se encuentran ya en el este del Mar Mediterráneo cuatro destructores -Mahan, Gravely, Barry y Ramage- equipados con misiles balísticos.
Tradicionalmente, la Marina de Guerra de EE.UU. mantiene tres de este tipo de buques en el área oriental del Mediterráneo. El tipo de armamento de estas naves, incluidos los misiles Tomahawk, se usó en 2011 durante una acción internacional que precipitó la caída del régimen de Muamar Gadafi en Libia. Durante la semana pasada Dempsey dijo que no creía que este tipo de acciones contribuiría a la meta estadounidense de ayudar en el establecimiento de un gobierno democrático y estable en Libia.
Dempsey expresó dudas sobre la capacidad de las facciones opositoras libias, respaldadas por EE.UU., para prevalecer sobre los grupos islámicos que también combaten contra al Assad pero se oponen a los objetivos de Washington. Obama ha expresado cautela acerca de una intervención militar estadounidense sin el respaldo de Naciones Unidas, como respuesta al supuesto uso, el miércoles pasado, de gases tóxicos por parte del régimen del presidente sirio Bashar al Assad contra los rebeldes que combaten su gobierno.
La radioemisora Voz de América indicó que el gobierno de EE.UU. "no puede determinar todavía de manera concluyente" que se usaron armas químicas en un ataque en Siria en el cual, según fuentes opositoras, murieron unas mil personas. Por su parte el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, en el curso de una gira por el Lejano Oriente dijo a los periodistas que Estados Unidos está fortaleciendo y reubicando sus recursos militares en el este del Mediterráneo para colocarlos dentro del radio de operaciones en Siria.
"Actuamos de manera muy deliberada de manera que tomaremos decisiones coherentes con nuestro interés nacional y nuestra evaluación de qué es lo que contribuye a nuestros objetivos en Siria", dijo un funcionario de la Casa Blanca. En la reunión se incluyó una revisión de los informes de inteligencia reunidos desde el miércoles cuando, supuestamente, se usaron armas químicas en un suburbio del este de Damasco.
Los rebeldes sirios han acusado a las fuerzas leales a Al Assad por la acción, y el gobierno ha negado que haya usado jamás ese tipo de armamentos.
El senador republicano de Arizona, John McCain, y otros políticos han urgido por meses al presidente Obama para que otorgue ayuda militar a los rebeldes sirios y emprenda alguna acción que contribuya al fin del régimen de Assad.
En junio pasado el gobierno de Obama anunció que proporcionaría armas a los rebeldes como resultado de otro informe sobre el uso de armas químicas por parte del régimen de Damasco. Pero el presidente Obama se muestra cauteloso de una intervención directa de EE.UU. que contribuya a que tomen el poder en Siria grupos extremistas con intereses opuestos a los de Washington.
"A veces lo que hemos visto es que hay quienes claman por una acción inmediata, porque hagamos algo que luego no resulta bien y nos empantana en situaciones muy difíciles", señaló Obama. "Puede resultar en que nos veamos metidos en intervenciones muy costosas y difíciles que de hecho generan más resentimiento en la región", añadió Obama quien recordó que Estados Unidos sigue envuelto en una guerra en Afganistán iniciada hace doce años. EFE
Fuente: http://www.aurora-israel.co.il/
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